El hombre se crea en forma natural, pero el lo siente como algo anti-natura y no habla frecuentemente sobre aquello.
El hombre es concebido y no se le pregunta si quería ser creado. (Musil)
La esencia del hombre es existencia, esto es, como poder ser.
El Ser del hombre consiste en posibilidades, como existir concretamente en un mundo de cosas y de otras personas.
Existencia como "Dasein": "ser o estar aquí o ahí" (prefiero el "ser aquí").
Existencia, "Dasein", ser en el mundo. El mundo es un "existenciario".
El hombre dinámicamente de poder ser o "proyecto", como diría Heiddeger.
En la cotidianidad media la comprensión del mundo del Dasein se realiza com participación irreflexiva y acrítica en un cierto mundo histórico-social, en sus prejuicios, en sus propensiones y repudios, en el modo "común" de ver y juzgar las cosas.
Vivimos una existencia frívolamente egocéntrica, negligente e irónica, prendida del plancer interesado y del momento.
El contraste deseado a este hedonismo y nihilismo lo constituye una guía decididamente ética, que exige del "recogerse" y de desligarse de un entorno abrumador. Requiere "concentrarse" en ser consciente de su individualidad y libertad. (Kierkegaard)
El "intrínguilis" es si hay una verdad o no la hay, si sucede lo que sucede o no sucede.
Y las prenguntas son varias y no exhaustivas: ¿Acaso no basta ser? Pero, y esa es otra pregunta crítica:¿Cómo ser? ¿Enmascarado de qué, (Phersu)? ¿Cómo plantearnos, como desenvolvernos en esta maraña tan extraña que es la existencia, la estadía en la tierra, y que sea tal vez no más que eso, una simple estadía y nada más, sin que haya precisamente nada más que ser aquí (Dasein), hacer algunas piruetas, parlotear y desaparecer?
El hecho incuestionable es de que el hombre es un buscador de sentido.
Fuentes: Varias relativas a Heiddeger, "A la búsqueda del sentido" Cristóbal Holzapfel
lunes, junio 25, 2007
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