jueves, noviembre 16, 2006

La Conciencia


Los sistemas sociales están compuestos de comunicaciones que son generadas autopoiéticamente por las propias operaciones del sistema psíquico y están estructuralmente acopladas al mismo.

El problema viene del hecho de que la rojedad del rojo que yo tan vívidamente percibo no puede comunicarse con precisión a otro ser humano.

El sistema psíquico lo estamos considerando equivalente a la conciencia, aquí seguimos las ideas de John R. Searle en el sentido de que la conciencia es un fenómeno natural, biológico y está constituida por estados subjetivos cualitativos internos de advertir y de sentir, es un fenómeno interno, en primera persona: soy conciente con independencia de lo que puedan pensar los demás, son estados “privados”.


Lo paradójico es que la conciencia es condición necesaria de que cualquier cosa llegue a resultar importante para cualquiera. Sólo agentes concientes pueden hacerse cuestión de la importancia de algo.

El hecho obvio que tenemos todos estados subjetivos internos, cualitativos, como nuestros dolores, penas y alegrías, memorias y percepciones, pensamientos y sentimientos, humores, arrepentimientos y hambres.

Los estados de conciencia son cualitativos en el sentido de que para cada estado de conciencia – sentir dolor o preocupación por la situación económica- hay algo que ella siente como estar en ese estado, y son subjetivos, en el sentido de que existen sólo cuando los experimento.

Mi dolor lo siento de un modo cualitativo en términos de “qualia”, y me resulta accesible de una manera que no es accesible a otros.

No hay que confundir el fenómeno de la conciencia con el caso especial de la autoconciencia. La mayoría de los estados conscientes, sentir dolor, no entrañan necesariamente autoconciencia.

En algunos casos especiales, uno es consciente de sí mismo como estando en ese estado de conciencia. Cuando nos preocupamos por nuestra tendencia a preocuparnos demasiado, podemos llegar a ser concientes de nosotros mismos como preocupados inveterados, pero la conciencia como tal no necesariamente implica autoconciencia.


Así definida, la conciencia se enciende y se apaga. De acuerdo a esta definición un sistema o bien es consciente o bien no lo es, pero dentro del campo de la conciencia hay estados que van de la modorra a la plena alerta.

El acoplamiento estructural consiste en una adaptación permanente entre sistemas diferentes y que mantienen su especificidad: no se puede reducir un sistema social al sistema psíquico ni viceversa.

El acoplamiento estructural de los sistemas sociales con el sistema psíquico conduce a que la comunicación sólo puede ser estimulada o irritada por el sistema psíquico. En efecto, para que un determinado suceso sea tratado en la comunicación, es preciso que sea percibido por un sistema psíquico que, luego, lo transforma en la información que participará en la comunicación.

Los pensamientos de un sistema psíquico no son comunicaciones, sino eventos propios de la reproducción autopoiética de la psiquis, que eventualmente estimulan o irritan al sistema de comunicaciones. La comunicación, por su lado, tampoco ingresa libremente al fluir de pensamientos del sistema psíquico de Ego o de Alter. Su papel se limita a estimular, gatillar o irritar pensamientos en el sistema psíquico. Esto nos permite entender que una misma comunicación estimule pensamientos diferentes en distintos interlocutores.

La comunicación no consiste en el traspaso de un determinado contenido de un emisor a un receptor, sino la creación intersubjetiva de sentido, que delimita un sistema.

Lo anterior quiere decir que los sistemas sociales se encuentran determinados estructuralmente; las comunicaciones se van encadenando con otras comunicaciones posibles consideradas en la estructura del sistema social: un interlocutor recuerda repentinamente algo y lo quiere hacer saber, pero debe antes advertir del cambio a sus oyentes porque de lo contrario su comunicación no hará sentido. Tampoco las comunicaciones pueden generar pensamientos que no sean posibles para el sistema psíquico, sino que hay que permitir que la estructura de su sistema psíquico abra la posibilidad de ese cambio, para – recién entonces – estimularlo, gatillarlo.

La determinación estructural de los sistemas sociales, conduce a que su acoplamiento con los sistemas psíquicos sea condición del sistema social, pero al mismo tiempo, que los cambios de estado del sistema social sólo pueden ser especificados por su propia estructura y no por el entorno. Ningún sistema psíquico puede determinar el sentido de una comunicación ya que es intersubjetivo.

El sentido que se construye en la comunicación es intersubjetivo, pero no depende de ninguno de los hablantes en particular: uno de los interlocutores puede darle un sentido propio a su participación, pero para que la comunicación ocurra, es indispensable que el sentido sea compartido.

El sentido será compartido en la medida en que las representaciones mentales estén acopladas en términos de la vivencia de las interacciones con los sucesos inmediatos del entorno o en la realidad entendida como cercana, no se comparte cuando las representaciones mentales están desacopladas y la persona sólo vivencia en forma independiente sus propias ideas, pensamientos, creencias, imaginerías.

La diferencia entre inclusión y exclusión se refiere al modo en el cual una sociedad permite a los individuos ser personas y por lo tanto, participar en la comunicación. Se comprende también como una forma que se constituye en el antecedente para una operación posterior: la inclusión indica la cara interna de una forma, cuya cara externa es la exclusión.

Concretamente, “la sociedad con sus modos de inclusión describe aquello que pone como condición para tomar parte o que considera como ocasión de ello, remitiendo la exclusión a aquello que queda fuera en esta operación de distinción”.

La inclusión – o exclusión- no tiene que ver con el ingreso – o salida- de personas al sistema social, sino que se refiere a si una persona (con persona se indica una estructura social que permite a la sociedad encontrar una dirección para la producción de las comunicaciones como artefacto comunicativo) se le atribuyen expectativas – como artefacto comunicativo- para el desarrollo de comunicaciones futuras. Por lo tanto, a las personas se les permite atribuir las responsabilidades de las comunicaciones (la emisión) y localizar las posibilidades de comprensión, a su vez a cada persona le queda la alternativa entre confirmar expectativas o sorprender la comunicación con iniciativas inesperadas, imprevisibilidad ontológica (pág 40 El viaje a la felicidad).

Husserl: toda experiencia (Erlebnis) es conciencia (Bewusstsein) y conciencia es siempre conciencia de……. Toda experiencia (Erleben) es en sí misma experimentada (selbst erleben) y en esta medida, también es consciente, este estar consciente (Bewusstsein) es consciencia de la experiencia (Erlebnis)


Bibliografía: Searle, Luhmann, Heidegger, Nietzsche, Varela

1 comentario:

Jose Parada dijo...

Joachim Seefeldt:
Realmente genial, son muy buenos los temas que tocas en tu blog.
EStaré atento a la continuación de este artículo.