El hombre necesariamente tiene que configurar una relación armónica con su medio ambiente diario y habitual, tarea que de por si es compleja y no trivial.
Está relación con el medio ambiente nos afecta como seres vivos en direcciones contrapuestas; nos perturban los cambios ambientales como también influimos, tanto en forma positiva como negativa en él a través de nuestro accionar diario.
La Protección Ambiental comienza en el hogar, continúa en el lugar de trabajo y sigue en el entorno inmediato para reiniciarse el ciclo nuevamente en el hogar.
Cada cosa que hacemos es en función de nuestra experiencia y conducta.
Corresponde a cada uno de nosotros analizar dicha experiencia y conducta para modificarla y/o mejorarla en pos de un medio ambiente que asegure la continuidad de la especie humana.
El espectro en el cual podemos actuar es amplio y abarca acciones como la disposición de residuos domésticos, el manejo de sustancias peligrosas, el reciclaje etc...
Pongamos manos a la obra ahora y no mañana,porque podría ser demasiado tarde.
El agua, el suelo, el aire y el silencio son la base de nuestra existencia y deben ser protegidos.
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